Para poder hablarte de estimulador de floración, debemos primero hablar de la fase en sí misma. Todos conocemos que las plantas, al igual que nosotros los humanos, notan cuando se acerca el invierno y se preparan para resistirlo. Por ello la fase de floración de las plantas de marihuana llega en otoño. Así pueden dar sus frutos y, posteriormente, centrar sus nutrientes en protegerse.
Una vez finalizada la fase de crecimiento del cáñamo, da comienzo la fase de floración. Existen productos que facilitan la floración de las plantas, para que así nuestros cultivos puedan administrar sus nutrientes de la manera más óptima posible.
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La floración de un cultivo en exterior de cáñamo, a diferencia de otras plantas, se da en los meses de otoño, debido a que los días se hacen más cortos. Aquí, las plantas alcanzan la llamada “fase de estiramiento”, porque sabiendo que pronto se concentrarán en producir cogollos, se concentran en crecer, habiendo plantas que alcanzan el doble de su altura en este tiempo.
Para los cultivos de marihuana de interior, se deben de emular las condiciones de los días otoñales, cambiando los fotoperiodos a los que exponemos la planta a 12 horas de luz y 12 de oscuridad.
Los cultivos autoflorecientes no requieren de ninguna variación en su exposición a la luz. Permanecen en etapa vegetativa durante 4 semanas para luego cambiar de etapa automáticamente.
La duración de esta fase de eclosión de tus plantas varía en función del tipo de cepa del que estemos hablando.
Para los cultivos de tipo índico, esta fase tiene una duración de 8 semanas, que puede llegar a alargarse hasta 10 semanas. Si hablamos de cepas de marihuana sativa, la floración durará entre 10 y 12 semanas.
Ahora, lo más común será que nos refiramos a cepas de marihuana mixta, puesto que son las variedades más comunes en la actualidad, cuyas flores tardarán entre 6 y 10 semanas en desarrollarse completamente.
Como hemos mencionado antes, esta fase se produce por cambios en los fotoperiodos, ya sean naturales o artificiales, manteniendo un régimen de 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad. Los periodos de oscuridad no pueden interrumpirse “abriendo solo unos segundos”. Deben de ser ininterrumpidos, puesto que la contaminación lumínica puede retrasar las flores, hacer que la planta regrese a fase vegetativa o produzca flores hermafroditas.
Las plantas de cáñamo en este estado deben de estar a una temperatura de entre 18 y 26ºC. Temperaturas por encima de los 26ºC pueden retrasar el crecimiento, quemar las hojas, evaporar demasiado rápido el agua, causar sequedad, entre otros riesgos para el cultivo.
En cambio, temperaturas inferiores a 17ºC causarán retrasos en la floración y el crecimiento de las plantas y temperaturas próximas a los 0ºC las dañará de forma irreversible.
En esta fase, las plantas necesitan una humedad ambiente de entre el 40 y el 50%. Valores superiores de humedad pueden causar problemas de moho y hongos.
Los principales alimentos de cualquier planta son nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Mientras que en la fase de crecimiento la planta de cáñamo requiere de mayores cantidades de nitrógeno, en esta fase necesita de más fósforo y potasio.
Por otra parte, necesitará de otros macronutrientes secundarios como magnesio (Mg), calcio (Ca) y azufre S), además de los micronutrientes, estos en una menor proporción, como son zinc (Zn), manganeso (Mn), hierro (Fe), boro (B), cloro (Cl), cobalto (Co), cobre (Cu), molibdeno (Mb), y silicio (si).
Para facilitar el florecimiento de las plantas de cáñamo y permitirle que administre de manera correcta sus nutrientes existen fertilizantes con los compuestos nutricionales específicos que requieren para esta fase.
Debemos de regar nuestro cultivo de manera regular con agua limpia. El uso de agua filtrada o sin cloro suele dar muy buenos resultados. Aún así, no debemos de regar en exceso y no podemos perder de vista el drenaje.
Un truco para comprobar la necesidad de riego es meter el dedo unos centímetros en el sustrato. Si este está seco debemos de regar.
En esta etapa, las plantas necesitan un buen flujo de aire, no sólo para respirar y crecer, sino también para evitar que se formen hongos, moho y podredumbre. Podemos garantizar este flujo de aire con un ventilador, pero este no debe apuntar directamente a las flores.
También podemos utilizar un extractor de aire para mejorar el movimiento de aire y reducir la humedad. Si el extractor no es suficiente, podemos utilizar un deshumidificador en su lugar para llevar un control más exhaustivo de la humedad ambiente.
Las plantas de marihuana prosperan en suelos levemente ácidos. Los niveles de pH deben de estar alrededor de 6 o 7. Los niveles de pH que difieran mucho de estos valores harán que la planta sufra por deficiencia o exceso de nutrientes porque, aunque el suelo posea los nutrientes necesarios, la planta será incapaz de absorberlos.
Si queremos conseguir una planta bien grande, tenemos que pasarla a un contenedor más grande. No podemos limitar nuestro cultivo. Debemos recordar trasplantar la planta de cáñamo antes de que empiece el florecimiento, para evitar que se estrese o se dañe.
Un estimulador de floración es un fertilizante hecho a base del compuesto de nutrientes , principalmente fósforo (P) y potasio (K), que necesita la planta para dejar de crecer y empezar a crear flores.
A menudo, tener un buen sustrato y haber plantado semillas de calidad no es suficiente. Utilizar estos estimuladores facilitará la eclosión de las plantas de cáñamo y harán que produzcan unos cogollos fuertes y de buen tamaño.
Es importante añadir que los estimuladores de floración deben de aplicarse con mucho cuidado, siguiendo las instrucciones que marque el fabricante, puesto que el exceso de estos provocarán quemaduras en la planta.
En este apartado de nuestra guía vamos a hablar sobre la floración semana a semana para que no tengas ningún tipo de dudas sobre lo que hacer en cada momento.
En las primeras semanas de esta etapa, las plantas se estiran y crecen en tamaño y altura. Debido a los grandes cambios que sufren las plantas estos días, entra en la llamada fase de “transición” o fase de “estiramiento”, porque hay plantas que llegan hasta a duplicar su tamaño.
Aquí, las plantas están concentradas en desarrollar tallos y hojas para hacerse más grandes y fuertes. Así, a pesar de que esto ya forma parte de esta fase, aún tendrá demanda de nutrientes de crecimiento. Normalmente se recomienda seguir administrando abono de crecimiento una semana más tras comenzar esta fase de eclosión. No puede cambiarse de manera repentina el fertilizante de la planta.
Otra recomendación es equilibrar la copa de la planta, doblando los tallos hacia abajo y en dirección contraria al centro de la planta, para facilitar la entrada de luz y aire y sometiendo la planta a menos estrés. Se conoce como la técnica “Low Stress Training”.
En la segunda semana podremos determinar el sexo de nuestra planta. A las plantas hembra les aparecen los primeros pistilos, pelitos finos y blancos en torno a las hojas. Estos pelitos acabarán convirtiéndose en flores de marihuana.
Si la planta es macho, en lugar de pelos le saldrán pequeñas bolsas de polen. Los machos no producen cogollos y pueden polinizar a las hembras, provocando que en ellas se formen semillas. Esto es algo que queremos evitar si queremos obtener cogollos, por lo que tendremos que separar las plantas por género.
Cuando la planta empiece a florecer y a dar sus primeros indicios de cogollos será cuando tengamos que empezar a cambiar, de manera lenta y progresiva, los nutrientes de la planta, pasando a los estimuladores. Existe un estimulador base, que se aplica siempre llegados a este punto. En Van Nutrients te ofrecemos Floravan como fertilizante base para dar a tus cogollos consistencia y sabor.
Allí donde se habían visto la semana pasada algunos pelitos, ahora se podrán apreciar las primeras muestras del comienzo de los cogollos. Estos aún no desprenden un olor muy notable. Aún así, estamos en una parte crítica del éxito de tu cultivo. Debemos proporcionarle los abonos y fertilizantes adecuados siguiendo las recomendaciones de los fabricantes.
Aquí debemos de estar atentos a posibles deficiencias en la planta. Las hojas de marihuana deben ser de un color verde vibrante. Si vemos hojas amarillas o descoloridas, o una importante pérdida de hojas, será señal de deficiencia en nutrientes, si las hojas son demasiado oscuras nos estará indicando exceso de nutrientes. Sabiendo esto, debemos actuar en consecuencia.
En estas semanas podremos ver como se engrosan los cogollos de manera progresiva. Se trata de la fase de engorde. Estos desarrollan los primeros tricomas, lo que indica que empezarán a producir un olor cada vez más intenso.
Ahora, la planta ha dejado de crecer y concentra toda su energía en producir cogollos. Por ello es normal apreciar algunas hojas marrones o caídas, porque están utilizando los nutrientes almacenados en ellas para alimentarse. De ahí, la importancia de prestar más atención que nunca a la nutrición y al riego de la planta.
Aún así, debemos seguir vigilando en caso de que haya hojas amarillentas u oscurecidas. Tal vez necesitemos poner soportes en los tallos para ayudarles a aguantar el peso de los cogollos.
A partir de la sexta semana, los cogollos ganan peso, consiguen desprender su olor característico y se hacen pegajosos al tacto. A partir de aquí ya depende del tipo de cepa que hayamos cultivado que tarde más o menos en estar lista para la cosecha.
Algo que podemos hacer un par de semanas previas a la cosecha es un lavado de raíces. Consiste en hacer pasar mucha agua a través del sustrato de la planta de marihuana para limpiar el exceso de sales y nutrientes. Este procedimiento obliga a la planta a alimentarse de sus nutrientes previamente absorbidos y almacenados.
Llegados a este punto, un exceso de nutrientes puede perjudicar a la planta y a la calidad del cogollo, dándole un sabor amargo al cogollo. El lavado de raíces garantiza que la planta produzca en un par de semanas flores de buen color y agradable aroma.
Respecto al agua, debe de ser agua purificada. Si hablamos de cantidad, el lavado de raíces debe hacerse con tres veces la capacidad de la maceta. Por ejemplo, si tuviésemos una maceta de 5 litros debemos lavarla con 15 litros de agua por recipiente.
Por otro lado, existen productos limpiadores de raíces de marihuana, que hacen más efectivo este proceso. Productos como Destroyer, en lugar de arrastrar el exceso de sales, al igual que el agua, lo descomponen, despejando las raíces y permitiendo que recuperen toda su capacidad de absorción.
El lavado de raíces a partir de esta semana es importante, porque además de facilitar la oxigenación del sustrato, obliga a la planta a alimentarse de los nutrientes que ha ido acumulando a lo largo de la planta, generando un buen aporte nutricional a las flores de la planta de marihuana que tanto estamos esperando.
Para saber cuál es el momento adecuado para recolectar debemos de observar, con una lupa por ejemplo, si los pistilos han ido pasando de blanco a marrón y si han empezado a curvarse y a cubrirse de tricomas, los cuales también cambiarán de color y darán el pistoletazo de salida al proceso de recolección.
¿Has observado las hojas de tus plantas recientemente? ¿Sus tricomas se han vuelto de color ambar? Felicidades ¡Empieza la cosecha!