Trucos para regar las plantas de marihuana

La planta de marihuana es un cultivo caprichoso. Necesita mucha agua pero, al mismo tiempo, tolera muy mal los excesos de riego. Por eso, esta tarea asusta hasta a los cultivadores expertos. Es muy fácil cometer algún error.

Hoy te traemos una guía práctica para que sepas cómo regar tus plantas de marihuana. Siguiendo nuestros consejos aprenderás a cuidar de tu planta y obtendrás unos resultados óptimos a lo largo del cultivo.

En el artículo de cómo cultivar marihuana paso a paso, explicamos cómo germinar y  regar semilla de marihuana de manera detallada, sea del tipo que sea. Ésta, al principio, no puede recibir agua de manera directa. Lo ideal es colocarla entre dos servilletas húmedas, para que absorba lentamente el agua.

Hacemos esto porque plantar la semilla en sustrato directamente es bastante arriesgado, incluso para cultivadores con mucha experiencia. Esto requiere saber de forma correcta el cómo preparar la tierra de cultivo exterior de marihuana.

Una vez que germine, podemos colocar la semilla en el sustrato. Aún así, se recomienda mantener esta planta en interiores hasta que sea lo bastante resistente como para sobrevivir en el exterior, en caso de que nuestro objetivo sea realizar un cultivo exterior de marihuana.

¿Cómo regar tras la germinación de la semilla?

En esta fase inicial, conocida como fase de plántula o de enraizamiento, que suele durar entre 1 y 3 semanas, la incipiente planta necesita mucha humedad -en torno a un 70%-. Ahora, debido a la poca capacidad de absorción, el agua debe de administrarse con moderación. Por ello, regaremos cada 2 o 3 días.

Lo adecuado es comprobar la humedad del sustrato metiendo el dedo dentro para asegurarnos de que está lo bastante seco antes de aportar más agua. La herramienta apropiada para esta fase es una botella pulverizadora, con la que más que regar, hablamos de humedecer la planta.

Tenemos tanta cautela en esta fase porque es muy fácil que el macetero quede anegado.

Aunque nos sea suficiente con agua corriente, aquí ya se nos recomienda regar las plantas de marihuana con fertilizante de enraizamiento a nuestra plántula. Administrando pequeñas dosis -al principio un 10 o 20% e ir aumentándolas de forma progresiva- podemos ayudar a nuestra planta a desarrollar unas buenas raíces.

¿Cómo regar durante la fase de crecimiento de la marihuana?

Cuando la planta de marihuana empieza a desarrollar hojas y ramas, esta exige más agua. 

Regaremos entre 2 o 3 veces por semana, lenta y uniformemente sobre toda la superficie. Necesitaremos buenos platos para maceta, las cuales se llenarán de agua que regresará a la maceta. Esto asegurará cierto nivel continuo de humedad.

Sin embargo, más que esperar, nuestra labor será levantar nuestras macetas con los brazos. Es la manera más efectiva de comprobar que el sustrato está seco. Si el agua pesa mucho más que la tierra, una maceta saturada de agua pesa varias veces lo que una maceta con una planta lista para ser regada

Si no estamos seguros del peso inicial de la maceta podemos tener al lado una maceta con tierra sin regar como punto de referencia. Cuando estas sean muy ligeras, debemos volver a regar las plantas de marihuana.

Por supuesto, mientras más pequeña sea la maceta con respecto al tamaño de la planta, y mientras haga más calor y el clima sea seco, el riego deberá ser más frecuente.

En esta fase, es reitera la importancia de regar plantas con fertilizantes de crecimiento, porque es su mejor manera de conseguir los micro y macronutrientes, en especial el nitrógeno (N) que tan importante es en esta fase,  que necesitan para seguir creciendo y desarrollando tallo y hojas.

¿Cómo regar durante la fase de floración de la marihuana?

Las macetas grandes no son una buena idea para los esquejes. Utiliza medios en forma de tacos de cultivo de marihuana, ya vayamos a realizar un cultivo de interior o de exterior.

Conceptos básicos sobre regar plantas de marihuana

Como podemos ver, los mayores cuidados acerca de no encharcar nuestra planta de marihuana, suelen ser al comienzo y al final de la vida de la planta. Si el encharcamiento es temprano, podemos acabar con la vida de la planta.

Por otro lado, si el encharcamiento es tardío, podemos hacer que la tierra no se seque y no podamos cortarla, porque corremos el peligro de que en el secado nos coja moho, al igual que si la dejamos en el suelo con tanta cantidad de agua.

La planta va dando avisos de estar preparada para ser cortada, porque cada día se come cierta cantidad de agua, que de repente no bebe. Esa es la señal. Si aunque no absorba el agua, seguimos regando; lo que hacemos es desperdiciar agua y perjudicar a nuestro cultivo de marihuana.